sábado, 13 de marzo de 2010

Cállate, cállate!...que me desesperas!

"Habla, habla sin cesar…¿pero os habéis preguntado si realmente sabe lo que dice, si hay algún sentido en sus palabras? La palabrería me marea, me turba, me hace progresivamente perder el interés en lo que se”discute”. Finalmente acabo en la luna de Valencia, o al menos, lejos de las huecas divagaciones del sujeto en cuestión, aferrada a mis idas y venidas mentales, sin duda más interesantes para mi que lo que el tipo en cuestión farfulla a velocidades lumínicas. Ojalá se diese cuenta de que cerrando la boca,el beneficio sería doble: primero, para su maltrecha y seca garganta; y segundo para mis oídos y mi saturado cerebro. Por lo menos hasta que realmente tenga algo que contar. ¿Acaso no decían los antiguos que “la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca para recordarnos que vale más escuchar que hablar”?. Toca aplicarse el cuento."